martes, 9 de septiembre de 2025

DISTRITO SANTA CRUZ DE FLORES

SANTA CRUZ DE FLORES

Se dice que entre los años de 1800 a 1830 aproximadamente; este lugar se fue poblando por personas naturales de la legendaria población Nuestra Señora de la Asunción de Chilca, pero estas tierras eran propiedad de Don Juan José Remuzgo, gran Hacendado de Linaje Español. El lugar fue tomando carácter de caserío; y con la llegada de nuevas familias se formó una comunidad, la cual luchó ante los propietarios y consiguió mediante la Escritura Pública del 12 de Mayo de 1852 que dichas tierras pasaran a la comunidad.
Varios años después, entre los años 1850 a 1862, pasaron por estas tierras una Congregación de Sacerdotes Franciscanos y viendo este lugar muy acogedor, le dieron su apellido “FLORES”, y le pusieron como Patrón a la Santísima Cruz del 03 de Mayo, y fue justamente así como se originó el nombre del distrito el cual conserva hasta la actualidad: SANTA CRUZ DE FLORES.

CREACIÓN POLITICA:
El distrito de Santa Cruz de Flores, fue creado el 27 de Diciembre de 19221, siendo el Presidente de la Republica en aquel entonces Don Augusto B. Leguia. A partir de la fecha Santa Cruz de Flores paso a la categoría de Distrito bajo el Decreto Ley 4611, y tuvo como primer Alcalde al Sr. José Mercedes Toribio.

UBICACIÓN GEOGRÁFICA:
Santa Cruz de Flores está ubicada en la provincia de Cañete, a una distancia aproximada de cuatro kilómetros desde el distrito de Mala, a la altura del Km. 85 de la Panamericana Sur. Por el Norte limita con el distrito de Chilca, al Sur se encuentra el río Mala y al Oeste el distrito de San Antonio.

Santa Cruz de Flores, pertenece a la región natural de la Costa y tiene una altitud de 85 m.s.n.m. gozando de un clima cálido muy favorable para la agricultura.

ATRACTIVOS TURÍSTICOS
El Distrito de Santa Cruz de Flores posee un bello paisaje natural. Un gran valle que se puede observar desde los altos del pueblo San Vicente de Azpitia, razón por la cual se le ha considerado “El balcón del Cielo”.

El río que pasa por sus tierras es el único que no recibe relaves, por lo que sus aguas no tienen contaminación alguna. En esta agua podemos encontrar abundantes camarones.

Para todos los amantes de los deportes de aventura, este río ofrece un gran potencial para el canotaje.

Además de ello, para visitar en Santa Cruz de Flores están las Ruinas de Olleria, las grandes vitivinícolas donde se elabora artesanalmente gran variedad de los riquísimos Vinos y Piscos que caracterizan el lugar, y variedad de restaurantes con la comida típica del distrito.



INFRAESTRUCTURA URBANA
Desde su creación, el distrito de Santa Cruz de Flores, ha venido desarrollando una infraestructura básica planificada. Hoy el pueblo goza de carreteras, electrificación, agua y desagüe, postas médicas y servicios educativos.

REFERENCIAS SOCIO – ECONÓMICAS
La población actual del distrito alcanza los 3200 habitantes.
Las principales actividades económicas se centran en el cultivo de tubérculos, hortalizas y legumbres.
Posee importantes vitivinícolas que producen gran variedad de vinos y piscos, los cuales son comercializados mayormente por turistas que llegan al distrito de todas partes del país.

Santa Cruz de Flores, es uno de los pocos lugares cercanos a Lima, que conserva intactos sus recursos naturales y las tradiciones de su pueblo.

📍 Información General

  • Ubicación: Provincia de Cañete, Región Lima, Perú. A la altura del km 85 de la Panamericana Sur, a solo una hora de Lima.

  • Superficie: 100.06 km²

  • Altitud: 85 m s. n. m.

  • Población: 3,103 habitantes (censo 2017)

  • Ubigeo: 150515

  • Clima: Húmedo entre junio y agosto (hasta 100% de humedad), cálido en verano (24–30°C), templado en invierno (16–20°C) 1

📜 Historia y Origen

  • Creación oficial: 27 de diciembre de 1922, mediante Ley N.º 4611, durante el gobierno de Augusto B. Leguía. 2

  • Origen del nombre: En el siglo XIX, sacerdotes franciscanos bautizaron el lugar como “Flores” por su belleza natural y lo consagraron a la Santísima Cruz, celebrada el 3 de mayo. Así nació el nombre “Santa Cruz de Flores”

🎉 Calendario de Festividades

FechaFestividadDescripción
3 de mayoFiesta de la Santísima CruzCelebración patronal con procesiones, música, danzas y decoración floral.
JulioFiestas PatriasActos cívicos, desfiles escolares y actividades culturales.
OctubreSeñor de los MilagrosProcesiones y misas en honor al Cristo Morado.
NoviembreFestival del Pisco y la VendimiaDegustaciones, concursos y exhibiciones de productos vitivinícolas locales.

🍇 Gastronomía Típica

Santa Cruz de Flores es conocida como la capital del vino y el buen pisco. Su gastronomía combina productos locales con recetas tradicionales:

  • Carapulcra con sopa seca: Plato emblemático de Cañete.

  • Chicharrón de chancho: Acompañado de camote y salsa criolla.

  • Pachamanca: Cocida en tierra con carnes, papas, habas y hierbas.

  • Ceviche de camarones: Preparado con productos frescos del río Mala.

  • Frutas locales: Uvas, lúcuma, chirimoya, higos y granadas.

  • Pisco artesanal: Elaborado en bodegas familiares, con uvas quebranta y Italia.

🌄 Atractivos Turísticos

  • San Vicente de Azpitia (“El Balcón del Cielo”): Mirador natural con vista al valle de Mala, ideal para caminatas, fotografía y turismo rural

  • Bodegas vitivinícolas: Recorridos guiados, catas de vino y pisco.

  • Plaza de Armas: Centro histórico con arquitectura tradicional.

  • Río Mala: Espacio natural para actividades recreativas y pesca artesanal.

🏘️ Centros Poblados

  • Urbanos: Santa Cruz de Flores (1,585 hab.), San Vicente de Azpitia (401 hab.)

  • Rurales: Nuevo San Andrés, Señor de Lurén, Las Viñas

🏛️ Autoridades Actuales

  • Alcalde (2023–2026): Ing. Daniel Alexis Balcázar Huapaya, el más joven de la provincia

🌱 Identidad y Cultura

Santa Cruz de Flores conserva una fuerte identidad cultural basada en la agricultura, la religiosidad popular y la producción artesanal. Sus fiestas son coloridas, sus paisajes inspiradores, y su gente cálida y hospitalaria.


1www.iperu.orgwww.iperu.org                            2es.wikipedia.orges.wikipedia.org

lunes, 8 de septiembre de 2025

ICONOGRAFIA DE SANTA CRUZ DE FLORES

Esta serie de doodles —dibujados con líneas verdes sobre fondo blanco— representa con encanto y autenticidad los elementos más queridos del distrito: la iglesia, el racimo de uvas, el agricultor, la Virgen María, el plato de picante, la botella de vino, y muchos más.

Cada ícono ha sido diseñado con un estilo jeroglífico moderno, evocando tanto la estética ancestral como la ternura contemporánea. Son trazos simples, pero cargados de significado, pensados para ser accesibles, memorables y profundamente representativos.














📘 Aplicaciones culturales y promocionales

Estos íconos no son solo ilustraciones: son herramientas de identidad visual que pueden utilizarse en múltiples formatos:

  • Folletos turísticos: Señalan rutas gastronómicas, patrimoniales y naturales con claridad y encanto.

  • Revistas locales: Acompañan artículos sobre historia, festividades, personajes y tradiciones con un lenguaje visual coherente.

  • Sitios web y redes sociales: Refuerzan la marca cultural del distrito, haciendo cada publicación reconocible y atractiva.

  • Señalética educativa: En escuelas, museos o espacios públicos, ayudan a niños y visitantes a identificar elementos clave del entorno.

  • Etiquetas de productos: Vinos, dulces, artesanías y otros productos locales pueden llevar estos íconos como sello de origen.

  • Souvenirs y merchandising: Desde postales hasta camisetas, los íconos pueden convertirse en recuerdos adorables y significativos.

🎨 Un lenguaje visual para el futuro

Esta colección no solo celebra lo que somos, sino que construye un puente entre generaciones. 

Cada trazo es una invitación a mirar con cariño lo que nos rodea. Y cada ícono, una semilla de memoria que florece en papel, pantalla o corazón.



CERRO PATRON 3 DE MAYO

 Al llegar a Santa Cruz de Flores, uno no pisa tierra: pisa tiempo. El aire huele a parra, a adobe, a historia que no se ha dormido. Y en medio de ese paisaje que parece tejido por manos antiguas, se alza el Cerro Patrón, Apu tutelar del distrito, guardián silente de memorias que aún susurran en las piedras.

Mucho antes de que el nombre “Flores” adornara mapas y documentos, esta tierra fue llamada Huayiata o Huayta, que en lengua quechua significa “flor”. No es casual. En sus faldas floreció la primera ocupación humana del valle, y aún hoy, como cicatrices sagradas, se pueden ver las construcciones prehispánicas del sitio arqueológico de La Ollería, donde el barro y la piedra guardan el aliento de los antiguos.

El cerro no es solo geografía: es símbolo. Fue parte del oráculo de Pachacamac, y los Incas, comandados por Túpac Inca Yupanqui, lo veneraron como punto de poder. Bajo el dominio de Pachacútec, se implantó en el valle de Mala el primer sistema de riego agrícola, y en Flores se abrió la “acequia vieja”, que aún murmura agua como si rezara.

Pero el cerro también fue testigo de la transformación espiritual del pueblo. En mayo, como en todo el Perú, se celebra la Fiesta de las Cruces, y en Santa Cruz de Flores, esa celebración alcanza una mística única. La Santísima Cruz del Tres de Mayo es más que patrona: es puente entre el Apu y el altar. Los evangelizadores, en su afán de cristianizar los cerros, colocaron cruces en el camino hacia la cumbre, para que el pueblo dejara de adorar al cerro y comenzara a venerar la Cruz, símbolo de la fe occidental desde los tiempos de Constantino.

Tres semanas antes, las comisiones bajan sus santos maderos. El 5 de mayo, comienza la peregrinación. Cuatro comisiones —señoras, varones, señoritas y jóvenes entusiastas— ascienden la empinada cuesta, cada una con su cruz, cada una con su altar. No hay espectáculo: hay devoción. El cerro se convierte en santuario, y el pueblo en procesión.

Los florinos son dueños de una identidad que no se compra ni se aprende: se hereda. Viven unidos en el trabajo y en el festejo. En la fiesta de la Cruz, la música vibra como si el alma tuviera cuerdas. La Danza de las Pallas, con sus sayas bordadas y sus tocados de flor, recuerda la adoración de los Reyes Magos. El pasacalle de los Chunchos, con arpa y violín, alcanza las fibras más hondas del corazón florino.

Y luego, como todo rito, viene el banquete. La gastronomía de Santa Cruz de Flores es un poema servido en plato hondo. La Carapulcra y la Sopa Bruta, cocidas con un solo aderezo, llevan carne de vaca, caldo, y trozos de yuca que saben a infancia. Los Tamales, servidos con chicharrones y sarsa criolla, son abrazo de domingo. Y el Picante Florino, ese plato que resume la culinaria del valle, lleva rayas y machas de Chilca, camarones y ceviche de uvas verdes de Mala, chanques y verduras de Bujama, y el toque final: yucas y aceitunas de Flores, como firma de identidad.

Las historias se cuentan entre copas de vino y pisco, bajo la sombra de los olivos, en los caminos empolvados de La Ollería. Allí se conversa con los antepasados, que aún viven en la memoria oral del pueblo. El Cerro Patrón, dicen, guarda oro escondido, protegido por el Apu en un túnel que viene desde el mar. Algunos lo relacionan con el diablo, otros con la fortuna. Pero todos coinciden en algo: el cerro tiene alma.

Santa Cruz de Flores fue elevado a distrito el 27 de diciembre de 1922, mediante Ley N.º 4611. Pero su historia comenzó mucho antes. En 1852, los comuneros recuperaron las tierras que antes pertenecieron al hacendado Don Juan José Remuzgo. Y desde entonces, el pueblo ha florecido con dignidad, con trabajo comunal, con vino, con fe.

Si va por Santa Cruz de Flores, no solo visite: participe. Brinde con el cerro, suba con las cruces, baile en la pampa que antes fue de Remuzgo, y escuche lo que el viento aún tiene por contar. Porque aquí, cada piedra tiene memoria, cada danza tiene propósito, y cada flor tiene historia.

HISTORIA DE SANTA CRUZ DE FLORES

 Hay lugares que no se descubren, sino que se recuerdan. Santa Cruz de Flores es uno de ellos. No basta con llegar: hay que detenerse, escuchar el viento, mirar las piedras, y dejar que el alma se acomode al ritmo antiguo del valle.

Hace más de cuatro siglos —cuatrocientos treinta años, para ser exactos— ya se hablaba de los primeros moradores de esta tierra. Se dice que descendieron desde las alturas de Huarochirí, Yauyos, Callahuaya, Lupo, Yampilla y Llacuas, como quien regresa al origen. Documentos antiguos confirman que los Calangos eran Yungas, habitantes de un poblado llamado Callahuaya, en las partes altas de Huarochirí, donde la niebla aún guarda secretos.

La ocupación local es preincaica. Uno de los centros administrativos de antaño, dedicado al control de la producción, el almacenamiento y la redistribución de los recursos, se llamaba Huayiata. En lengua quechua, ese topónimo significa “Flor”. De allí, como brote natural, nace el nombre del lugar: Flores. Y así, el distrito lleva en su nombre la semilla de su historia.

Muchos vocablos prehispánicos han sido erosionados por el tiempo y la lengua castellana: Huarcu, Malla, Aymaraes, Runahuana, Ocxa. Pero otros resisten, como Chilca, Coayllo y Hualcará, que aún conservan su fonética ancestral, como si se negaran a olvidar.

Luego vino el Imperio. Los incas, con su visión de eternidad, construyeron el sitio arqueológico de La Ollería, donde el señorío de Huayta se alza a escasos diez minutos de la actual Plaza de Armas. Allí, entre adobones de barro y piedra, se halló un fragmento de serpiente en alto relieve, con incisiones transversales y cabeza bien definida, rodeada de figuras de líneas negras y relleno blanco. La naturaleza, como siempre, estaba presente en el pensamiento andino: no como ornamento, sino como principio.

En el siglo XVI, la orden de Santo Domingo, asentada en el valle de Mala, vendió sus tierras a Francisco de Azpitia. El padre Machado fue el mediador, y en 1595, Azpitia confirmó la transacción mediante escritura pública. Así comenzó la historia colonial del valle, entre márgenes del río y márgenes de poder.

Y luego, como quien despierta de un largo sueño, el pueblo se organizó. El 27 de diciembre de 1922, mediante Ley N.º 4611, se creó el distrito de Santa Cruz de Flores, junto con San Antonio. El agente municipal Don Juan Conde fue su primer gestor, y desde entonces, el pueblo comenzó a escribir su historia con tinta de comunidad.

Los florinos más antiguos se dedicaban a la pesca, a la recolección de frutos silvestres, al cultivo de la vid. En los años setenta, vivieron la Reforma Agraria. En los ochenta, la comunidad cobró presencia y vigor. Pero como bien reflexiona Orlando Germán, el agricultor ha cambiado el arado por la bandeja, la chacra por el andamio. Y con ello, se ha ido perdiendo el trabajo comunitario, esa tradición que era más que costumbre: era identidad.

Hoy, el nuevo florino parece caminar solo, con afán de lucro y prisa en los pasos. La fraternidad y la solidaridad, tan características en épocas añoradas, se ven opacadas por el individualismo. Pero aún hay esperanza. Aún hay memoria.

Porque Santa Cruz de Flores no es solo historia. Es también danza. La danza de las pallas, mujeres que bailan con azucenas en la cabeza y vestidos blancos, como lo hacían en Huañec, agradeciendo la lluvia y celebrando el nacimiento del Niño Dios. Es también vendimia, con sus reinas pisando uvas, con sus vinos que cantan al sol. Es también picante, ese guiso profundo que huele a domingo, a reunión, a infancia.

Y es también paisaje. Desde Azpitia, el “Balcón del cielo”, se contempla el valle como si fuera un lienzo de Dios. Las tierras fértiles producen frutas, vinos, y memorias. El reloj de cuatro caras en la plaza marca no solo las horas, sino los siglos.

Santa Cruz de Flores está próxima a cumplir 102 años de vida política. Pero su alma es mucho más antigua. Es preincaica, incaica, colonial, republicana. Es un pueblo que florece despacio, como las parras, como los recuerdos.