miércoles, 15 de abril de 2009

PRIMER CONCURSO CULTURAL A MI PUEBLO CON CARIÑO

El día 05 de Marzo, las hermanas Alicia y Olga Torres Espichan hijas del Distrito de Santa Cruz de Flores, dan inicio al Primer Concurso Cultural a Mi Pueblo con Cariño a nivel escolar “Jesús Divino Maestro” del cual son ex – alumnas, así que después de realizar las bases y la solicitud para la Dirección pidiendo el permiso respectivo, el director de la Institución Educativa Jorge Huayamares da su autorización de inmediato y desde ese día las hermanas Torres Espichan inician una ardua labor centrada en la búsqueda del jurado, premios y organización del concurso a la par desarrollan la página distrital a la que bautizan: turismoxflores. , la que está en la búsqueda de convertir a nuestro Distrito de Santa Cruz de Flores, en el Nuevo Destino Turístico, se sienten motivadas ya que a todas las personas a las que se les solicito apoyo se muestran deseosos de participar. La página de turismoxflores, les ofrece una publicidad virtual gratuita, amplia y detallada.      

Así que todos los alumnos del Distrito de Santa Cruz de Flores que estudien en la Institución Educativa “Jesús Divino Maestro”, primaria y secundaria deberán presentar sus mejores trabajos basados en la búsqueda de cuentos, mitos, leyendas e historia del Distrito de Santa Cruz de Flores, para hacerse acreedor de uno de los premios.

¡Suerte a Todos los Participantes!

jueves, 26 de marzo de 2009

Santa Cruz de Flores: Donde el vino canta y la historia respira

¿Qué podríamos decir de Santa Cruz de Flores que no se haya susurrado ya entre los viñedos, los cerros y las memorias del valle? Se le llama con justicia la Capital del Vino, y también se le celebra como el Nuevo Destino Turístico. Pero reducirla a un título sería como mirar el cielo y solo contar las estrellas visibles. Porque Santa Cruz de Flores es mucho más: es sabor, es silencio, es raíz.

Ubicado en la provincia de Cañete, a solo una hora al sur de Lima, este distrito fue elevado a tal categoría el 21 de diciembre de 1922 por la Ley N.º 4611, tras haber sido por años un anexo del distrito de Mala. Su nombre honra a la Santísima Cruz, patrona del pueblo, y a las flores que los frailes franciscanos vieron brotar en sus fértiles tierras. Hoy, con una extensión de 100.06 km², Santa Cruz de Flores se compone de 16 centros poblados, entre ellos Azpitia, Bellavista, San José y Nuevo San Andrés.2

Quien llega aquí en Semana Santa, o en cualquier estación del alma, descubre que la paz no es un concepto, sino una experiencia. El aire es limpio, el cielo generoso, y el agua que se bebe proviene de un manantial que parece brotar directamente del corazón de la tierra. La gastronomía local es un festín de sabores auténticos: desde platos criollos hasta fusiones que celebran la diversidad de sus frutos y tradiciones.

Pero hay más. Mucho más.

Aquí se encuentran los Restos Incaicos de La Olleria, vestigios de un pasado que aún murmura entre las piedras. Quien los visita no solo camina entre ruinas: camina entre ecos. Y si desea elevar la mirada, basta con ascender a los miradores de Azpitia, ese balcón natural desde donde se contempla el majestuoso valle de Mala, como si el mundo se desplegara en un lienzo de verdes y ocres.3

Azpitia, además, es un festín para el paladar. Sus restaurantes ofrecen desde parrillas campestres hasta cocina de autor, todo enmarcado por paisajes que invitan a quedarse más allá del almuerzo.

Y si el viajero tiene la fortuna de llegar en días de fiesta, verá cómo este distrito se transforma en un abrazo colectivo. Música, danzas, procesiones, vino y alegría: Santa Cruz de Flores no solo recibe, celebra.

Así que no lo dude. Aliste las maletas, prepare el alma. Porque Santa Cruz de Flores ya lo está esperando. No como un destino más, sino como un lugar donde el tiempo se detiene, el vino se convierte en poesía, y cada rincón cuenta una historia que merece ser vivida.

Datos:

https://www.gob.pe/institucion/munisantacruzdeflores/institucional

https://www.deperu.com/infoperu/lima/canete/santa-cruz-de-flores/

https://es.wikipedia.org/wiki/Distrito_de_Santa_Cruz_de_Flores


1www.gob.pewww.gob.pe        2www.deperu.comwww.deperu.com    3es.wikipedia.orges.wikipedia.org

sábado, 21 de marzo de 2009

DESTINO TURISTICO

Hoy, al caminar por el centro de Lima, me detuve ante el escaparate de una agencia de viajes especializada en lunas de miel. Allí, entre afiches y promesas de romance, se anunciaba a Santa Cruz de Flores como el “Nuevo Destino Turístico”. El mensaje decía: ¿Quiere conocer Azpitia y Santa Cruz de Flores? Lo llevamos al nuevo destino turístico. Cásese en la capilla de Azpitia y disfrute de un paseo por la plaza de armas de Santa Cruz de Flores.

Y aunque me emocionó ver a nuestro distrito en vitrina, algo en mí se removió. Porque Santa Cruz de Flores no es solo una plaza ni un telón para bodas fugaces. Es tierra con alma, con historia, con vino que canta y ruinas que murmuran. Es un lugar que merece ser contado con profundidad, con respeto, con poesía.

Elevado a la categoría de distrito el 21 de diciembre de 1922 por la Ley N.º 4611, Santa Cruz de Flores fue durante años un anexo del distrito de Mala. Su nombre honra a la Santísima Cruz, patrona del pueblo, y a las flores que los frailes franciscanos vieron brotar en sus fértiles tierras. Hoy, con una extensión de 100.06 km², es uno de los dieciséis distritos de la provincia de Cañete, y se alza como la Capital del Vino y el Buen Pisco, donde la vid se transforma en arte y la tierra en generosidad.

Si yo tuviera que escribir ese anuncio, lo haría así:

Santa Cruz de Flores, Nuevo Destino Turístico Celebre su unión en la capilla de Azpitia, contemple el valle desde sus miradores, y descubra por qué esta tierra lleva el nombre de Capital del Vino. Recorra las vitivinícolas artesanales, donde cada copa guarda el sol de nuestras pampas. Visite las Ruinas Incaicas de La Olleria, testimonio de un pasado que aún respira. Camine por las Pampas de las Lechuzas, ese rincón silente y mágico que muchos desconocen. Y admire el Reloj de Cuatro Caras, joya patrimonial que nos hermana con Cusco, Cajamarca y Lima.

Porque Santa Cruz de Flores no es solo paisaje: Es memoria, es sabor, es fe. Es un distrito que se compone de dieciséis centros poblados —Azpitia, Bellavista, San José, Nuevo San Andrés, entre otros—, cada uno con su propia voz, su propia luz.

Es hora de que nosotros mismos contemos nuestra historia, con la pasión de quien ama su tierra y la visión de quien la sueña grande. Que no sean agencias ajenas quienes definan lo que somos, sino nuestras propias palabras, nuestras propias rutas, nuestros propios silencios.

Santa Cruz de Flores no es un destino nuevo. Es un destino eterno que recién empieza a ser descubierto.

CAPITAL DEL VINO

Los invito a descubrir un rincón del Perú donde el tiempo se fermenta en barricas y el aire huele a historia: Santa Cruz de Flores, también conocida como la Capital del Vino. Basta cruzar sus límites para que el viajero sienta el perfume cálido y dulzón que emana de los viñedos más soleados del valle de Mala. Aquí, el vino no es solo bebida: es herencia, es oficio, es identidad.



Este distrito, ubicado en la provincia de Cañete, fue elevado a tal categoría el 21 de diciembre de 1922 por la Ley N.º 4611. Su nombre honra a la Santísima Cruz, patrona del pueblo, y a las flores que los frailes franciscanos vieron brotar en sus fértiles tierras. Hoy, con una extensión de 100.06 km², Santa Cruz de Flores se compone de 16 centros poblados, entre ellos Azpitia, Bellavista, San José y Nuevo San Andrés.

En esta tierra generosa, 21 vitivinícolas se agrupan en una asociación que da vida a la economía local. Pero el título de Capital del Vino no se debe solo a la cantidad de bodegas: casi cada familia produce vino en pequeña escala, como si el saber ancestral se transmitiera por las venas del pueblo. Por eso, recorrer todas las bodegas puede tomar más de un día… o toda una vida si se quiere saborear cada historia.

Y si uno se pregunta cómo nace este vino, basta con observar el ritual que se repite cada año:

  • Primero, el cultivo paciente de los viñedos, que durante doce meses se preparan para dar sus frutos más dulces.

  • Luego, la “paña” o vendimia, donde los racimos se asolean, se desgranan y se seleccionan con esmero.

  • Los granos se colocan en el lagar, una especie de piscina donde se chancan, a veces con botas de jebe, otras con máquinas que alivian la piel del productor.

  • El jugo, mezclado con las cáscaras, se guarda en recipientes durante varios días. Solo después se separa el líquido de la piel.

  • El proceso de trasiego —el cambio de envase— varía entre 6 y 15 días, según la tradición de cada productor.

Así, cada vino de Santa Cruz de Flores tiene un sabor único, como si cada botella contuviera la voz de quien la hizo.

Pero este distrito no es solo vino. Es también paisaje, cultura y misterio. En Azpitia, llamado el “Balcón del Cielo”, los miradores ofrecen vistas majestuosas del valle de Mala. En sus tierras se encuentran los Restos Incaicos de La Olleria, vestigios de un pasado que aún respira. Y en sus fiestas, el pueblo se transforma en un canto colectivo, donde la música, la danza y el vino se entrelazan como ramas de parra.

Santa Cruz de Flores no es solo un destino. Es un poema que se bebe. Una tierra que se recuerda. Una comunidad que fermenta su historia en cada copa.


1www.gob.pewww.gob.pe        2es.wikipedia.orges.wikipedia.org        3www.deperu.comwww.deperu.com

jueves, 19 de marzo de 2009

Crónica de un desvío feliz: Santa Cruz de Flores, entre el vino y el cielo

Después de recorrer Trujillo y Huancayo —ya con las piernas cansadas y el alma llena de postales— decidí que era hora de cerrar mi tour por Perú y volver a la querida Argentina. Pero antes, como quien se despide con un último suspiro, salí a caminar por el centro de Lima con la mochila al hombro, sin rumbo fijo, solo con la certeza de que el viaje aún tenía algo más para regalarme.

Era temprano, el centro estaba casi vacío, y al llegar a la calle Leticia escucho un anuncio: “¡A Mala por cuatro soles!”. El nombre me intriga. ¿Mala? ¿Será tan mala como suena? Pregunto cuánto demora el viaje. “Dos horas”, me dicen. Eran las ocho de la mañana, así que saco cuentas y decido que sí, que puedo conocer ese lugar de nombre curioso antes de volver a casa.

Ya en el bus, le pregunto al señor que va a mi lado qué hay para ver en Mala. Me dice que es como Lima, pero más chico. Pero si me gusta el vino, que me vaya a Flores o a Calango. “El vino de Flores es buenísimo”, me dice. ¿Vino de flores? le pregunto, sorprendido. “¡Nooo! El vino es de uva, Flores es el nombre del pueblo”, aclara entre risas. Ahí entendí que el destino me estaba guiñando el ojo.

Le pregunto dónde almorzar. “Azpitia”, me dice. “Ahí hay restaurantes buenísimos”. ¿Y no voy a ir a Santa Cruz de Flores? “Está cerquita, Azpitia es su anexo”. Así que decido ir primero a Santa Cruz de Flores, y luego a Azpitia para almorzar.

Y qué decirles… no me arrepiento ni un segundo. Llegar a Flores fue como retroceder en el tiempo. Las vitivinícolas artesanales, la gente cálida que te invita a probar sus vinos, piscos y macerados como si fueras parte de la familia. Caminé hacia el río con otro señor que iba para allá. Antes de llegar, un canal con agua cristalina me detiene. “Es de manantial”, me dice. ¿En serio? “Sí, con esta agua se abastece el pueblo”. ¿Sale por el grifo? “Claro, así es”. En mi país, el agua de manantial se embotella. Acá, se comparte.

Santa Cruz de Flores, me entero, fue durante años un anexo del distrito de Mala. Recién en 1922 fue elevado a distrito por la Ley N.º 4611. Su nombre honra a la Santísima Cruz, patrona del pueblo, y a las flores que los frailes franciscanos vieron brotar en sus fértiles tierras. Hoy, con una extensión de 100.06 km², es uno de los 16 distritos de la provincia de Cañete, y se le conoce como la Capital del Vino y el Buen Pisco.

Después de esa experiencia, decidí ir caminando hasta Azpitia. Me habían dicho que la combi costaba S/. 1.20, pero yo, fiel a mi estilo, preferí ir a pie. El trayecto me llevó unos 40 minutos, pero el asombro me duró hasta hoy. Las chacras, el aire fresco, los paisajes… todo hacía que el camino se acortara. Y cuando pensás que no podés ver algo más hermoso, llegás y ¡Ohhhhhhh! Azpitia está en lo alto, y desde allí ves el valle como si estuvieras en un balcón. Por eso le dicen el Balcón del Cielo.

Compré frutas, agua mineral (porque ya no estaba en Flores, viste), y me senté en uno de los miradores. No quise entrar a ningún restaurante para no perderme ni un instante del paisaje. A las cinco de la tarde volví a Lima, satisfecho de haber dejado que el pueblo de Mala me llamara la atención y me regalara esta joyita escondida.

Me alegra saber que ahora Santa Cruz de Flores tiene su propia página web. Yo fui hace dos años y nunca pude encontrar información. Bien por ustedes. Que este rincón siga brillando, como el vino que nace de su tierra.

Nicolás Miyara Desde el Río de la Plata, con el corazón aún en Cañete


📸 Imágenes que acompañan la crónica

  1. Santa Cruz de Flores, la Capital del Vino Viñedos soleados, bodegas artesanales y el espíritu festivo de la vendimia. Ver imagen en

  2. Vitivinícolas artesanales y tradición florina Productores locales compartiendo sus vinos, piscos y macerados con calidez. Ver imagen en

  3. Canal de agua cristalina de manantial El momento de asombro: agua pura que abastece al pueblo directamente del manantial. ()

  4. Río Mala y paisajes naturales Caminata hacia el río, rodeado de chacras y aire fresco. Ver imagen en

  5. Azpitia, el Balcón del Cielo Vista panorámica del valle desde lo alto, fruta fresca y miradores que invitan a quedarse. Ver imagen en


sábado, 14 de marzo de 2009

SANTA CRUZ DE FLORES DESTINO TURISTICO

Santa Cruz de Flores – Cañete – Perú, es un hermoso distrito, dentro del Valle de Cañete, en el que encontraremos un clima agradable, paisajes de ensueño, restaurantes donde se nos atenderá de maravilla y se come sabroso y como si fuera poco, las mejores vitivinícolas del Perú, con vinos y piscos de gran calidad hechos artesanalmente con uvas selectas.


En la Plaza de Armas amplia y acogedora, encontraremos, un reloj de cuatro caras, que es una verdadera joya, solo se encuentran cuatro como este en toda latino America, (mas adelante le dedicare un post exclusivo al reloj) y nuestra bellísima iglesia de tipo colonial, aunque un poco derrumbada por el terremoto del 15 de agosto del 2007, se mantiene majestuosa y a la espera de ser nuevamente reconstruida, ya que anteriormente ya sufrió un incendio (también le dedicaré un post a nuestra iglesia), tenemos también una moderna Municipalidad y frente a ella, la Casa de la Cultura, como todo distrito moderno, contamos con una Institución Educativa, que lleva por Numero 20194 y por nombre “Jesús Divino Maestro”, un Centro de Salud y actualmente, contamos ya con una Comisaría, lo que hace de nuestro Distrito un verdadero “paraíso moderno“, ya que mientras recorremos el pueblito podemos respirar el aire fresco y puro de los árboles que adornan la localidad, visitar las vitivinícolas, famosísimas por su incomparable calidad, y luego buscar un rinconcito florido para almorzar; sin ir muy lejos podemos visitar el Anexo de Azpitia a 15 minutos, mas conocido como balcón del cielo, se le conoce así, gracias a su impresionante vista panorámica del valle. Toda Azpitia es linda para visitar, es un pequeño pueblo tan, tan lindo que usted quedara fascinado


Si aun no llena sus expectativas visite los Restos Arqueológicos de la Olleria, será una visita aleccionadora, sobre la forma de vida de los antiguos incas florinos, aun se pueden apreciar algunas casas hechas de piedra, con angostas puertas y curiosas escalinatas, muros que se han conservado hasta la actualidad revestidos de arcilla, si es amante de la cultura, se lo recomiendo.

viernes, 6 de marzo de 2009

AGRADECIMIENTOS POR LOS PREMIOS

"CONCURSO A MI PUEBLO CON CARIÑO"
Queremos enviar un especial "GRACIAS POR SU GENEROSIDAD", a las siguientes personas que desinteresadamente hacen posible llevar alegría a la niñez Florina.

1º Leticia Arias Campos. Premio una Memoria USB
2º Maximo Cuya Avalos. Premio una Memoria USB
3º Felipe Humberto Huapaya Arias. Premio una Memoria USB
4º Florentino Felix Rivas Garcia (Bujama Baja). Una Super Canasta de Utiles Escolares.
5º EL RINCONCITO FLORINO de Juan Avalos Hernandez. Premio VALE por un almuerzo para Dos personas.
6º EL HUERTO DE MI AMADA. Premio VALE por un almuerzo para Dos personas y esparcimiento en la Piscina.
7º "LIBRERIA EL SOL", un agradecimiento infinito por su generosidad. Premio Una Canasta de utiles escolares.
8º Restaurante y Polleria "Gladys" y Panadería Don Floro. Vale para un almuerzo o cena para dos personas.
9º Restaurante "Nellys". Un vale para dos personas de Cuy Chactado, Camarones o cualquier Plato de la Carta + bebidas gaseosas.
10º Restaurante "A la leña". 2 Vales para consumo de 2 personas c/u de piqueo con camarones, Yuca a la Olla o Estofado Florino + bebidas gaseosas.
11. Florentino Camacho. Un juego de Ajedres.
13. José Delgado Rodriguez. Administrador de MIOFICINA. Una canasta.
14. Tecnica de Telefonica. Señor Arteaga. Una canasta de utiles.
15. Vitivinicola Don Elias, UN PAQUETE ESCOLAR
16. YULISA ARIAS CAMPOS ,UN CUADERNO ESPECIAL
17. RESTAURANTE MALU SUS PLATOS GANADORES EN EL CONCURSO DE GASTRONOMIA 2007 - 2008 ó cualquier plato a la carta para dos personas ó ofrece preparar al alumno ganador su plato favoritto asi como cualquier bebida que desen tomar + postre.
18. tiendita de regalos D'TALLITOS, DE ALICIA TORRES, JUEGO DE VIDEOS.
19. Vitivinicola Claro, premio un USB.
20. Vitivinicola Don Daniel. Premio Media Caja de Piscos.
21. Vitivinicola Jhon - Jhon. Premio 6 botellas de vino borgoña.
22. Vitivinicola Santa Cruz de Flores. Premio Un paquete escolar.
23. Vitivinicola Camacho. Premio 5 botellas de Vino
24. Vitivinicola Don Andrés Arias Ayala.
25. Vitivinicola Lujan
26. Municipalidad de Santa Cruz de Flores
27. Victor Manuel Huapaya Huapaya. Ex Alcalde de Santa Cruz de Flores
28. Doctor Pedro Riega Guerra. Ex Alcalde de Santa Cruz de Flores
29. Felix Lescano. Gobernador del Distrito
30. Señora Antonieta Placencia Zegarra
Son hasta el momento, los premios conseguidos.

En breve se sumarán a esta lista, muchas personas a las cuales desde ya agradecemos, no dejes pasar esta oportunidad AYUDA TU TAMBIEN!!....

lunes, 2 de marzo de 2009

SANTA CRUZ DE FLORES




El distrito de Santa Cruz de Flores es uno de los dieciséis que conforman la provincia peruana de Cañete  que conforma el Departamento de Lima, en la Región Lima. Creado como distrito el 27 de diciembre de 1922 , ya que antes conformaba el distrito de Mala. Se ubica a una hora al sur de la ciudad de Lima.
Es uno de los distritos cañetanos con mayores atractivos en sus paisajes, ambientes campestres y fértiles tierras productora de una diversidad de frutas, especialmente la uva. Al sur de Lima, a dos horas en autobús, un paraje verde en medio de tierras desérticas y en las cercanías del mar. El distrito es rustico, ecológico y agrícola, que cuenta con un clima cálido – templado que favorece la producción, sus áreas verdes nos garantizan un medio ambiente apto para la salud, es un distrito limpio, ordenado que se caracteriza por su excepcional producción vitivinícola.

Desde lo alto de este pueblo se divisa la playa León Dormido, que está muy cerca y se puede llegar a ella a pie o en bicicleta de montaña siguiendo un sendero.A pocos kilómetros se ubica el caserío de San Vicente de Azpitia, llamado el “Balcón del cielo”, pues desde allí se tiene una buena vista del valle de Mala.A medida que nos acercamos, luego de tomar la desviación a la altura de la playa León Dormido (kilómetro 86 de la Panamericana Sur), se respira un ambiente campestre. Se aprecian los campos de cultivo y ganado. De sus campos, los florinos cosechan uvas con las que se producen artesanalmente vinos y piscos, que compiten en calidad y sabor. También cultivan otros frutos como pera, manzana, plátano, durazno; además, de yuca y legumbres.

Gastronomía. Posee una gastronomía variada y muy deliciosa, en la que destaca su sopa bruta con carapulcra, que se presenta en dos platos: en uno va la sopa que lleva tallarín con abundante trozos de carne y en el segundo plato la carapulcra. Otros platos son el picante de mariscos, huatia de pescado, guiso verde, carne mechada, chicharrón, picarones de yuca y camote, chapanas, humita y su incomparable tamal. Disfrutar de estos platos, acompañado de una copa de vino, es como vivir en el paraíso. Si bien Santa Cruz de Flores se puede visitar todo el año, en verano es una buena época, sus fiestas patronales son imperdibles. Para fines de marzo está programado su Festival de la Vendimia, en que los visitantes pueden catar la variedad de vinos que produce este valle. En mayo se celebra la Fiesta de las Cruces, su festival patronal, 03 de Mayo las festividades duran 5 días y terminan con la bajada del Cerro Patrón en redondela. Esa fecha se escenifica la Danza de los Chunchos, hay procesión del patrón del pueblo, la Santísima Cruz de Flores. También celebran la Semana Santa y Pascua de Reyes, en enero.



Cómo llegar:
- Tomar la desviación a la altura de la playa León Dormido y luego a la altura de San Antonio tomar el desvío a la izquierda.

- Si va en ómnibus, en el jirón Leticia (Centro de Lima) hay buses a Mala que parten todo el día. En Mala hay una línea de colectivos que lleva a Santa Cruz de Flores. El costo del pasaje a Mala es de S/. 4.00 y el colectivo cobra S/. 1.00

🕰️ Datos Históricos Relevantes de Santa Cruz de Flores

1. 📅 Fundación como distrito (1922)

  • Fecha: 27 de diciembre de 1922

  • Ley: N.º 4611

  • Gobierno: Presidente Augusto B. Leguía

  • Este hito marca el reconocimiento oficial de Santa Cruz de Flores como distrito autónomo dentro de la provincia de Cañete. Es el punto de partida para su desarrollo político y administrativo.

2. ✝️ Origen del nombre y devoción a la Cruz

  • En el siglo XIX, sacerdotes franciscanos bautizaron el lugar como “Flores” por su belleza natural.

  • Lo consagraron a la Santísima Cruz, cuya festividad se celebra cada 3 de mayo.

  • Esta devoción se convirtió en el eje espiritual y cultural del pueblo, dando origen al nombre completo: Santa Cruz de Flores.

3. 🍇 Tradición vitivinícola desde la época colonial

  • La zona ha cultivado uvas desde tiempos virreinales, aprovechando el clima y la fertilidad del valle de Mala.

  • La producción de vino y pisco artesanal ha sido una actividad económica y cultural clave, transmitida por generaciones.

  • Hoy, Santa Cruz de Flores es reconocida como una de las capitales del pisco en Perú.

4. 🏞️ Desarrollo de Azpitia como destino turístico

  • San Vicente de Azpitia, uno de sus centros poblados, se ha convertido en un atractivo turístico por su vista panorámica al valle, su gastronomía y sus bodegas.

  • Su apodo “El Balcón del Cielo” refleja el vínculo entre paisaje, espiritualidad y cultura local.

5. 🧑‍🌾 Identidad agrícola y rural

  • A lo largo del siglo XX, el distrito se consolidó como una comunidad agrícola, con cultivos de uva, lúcuma, granada, higo y chirimoya.

  • Esta identidad rural ha influido en sus costumbres, festividades y formas de vida.

SANTA CRUZ DE FLORES (Mi Pueblito)













Santa Cruz de Flores, un pueblo de tradición y costumbres.








Nuestro Templo se derrumbó en gran parte, pero la fe del pueblo se mantiene intacta.


Memorias de un alma que envejeció entre parras, danzas y picantes

Yo vine al mundo en Santa Cruz de Flores cuando el alba aún se demoraba en despuntar sobre las chacras, y los gallos, altivos como centinelas del día, cantaban sin apuro, como si el tiempo les perteneciera. Eran días de sosiego, de tierra húmeda y de vecinos que se saludaban con sombrero en mano y voz baja, como quien no quiere interrumpir la paz del aire.

Hoy, con los años acunándome los hombros y la memoria hecha costura de instantes, me siento en la banca de la plaza —esa misma que vi levantar con manos curtidas por el sol y el adobe— y contemplo mi pueblito como quien mira a un hijo dormido, con ternura, con paciencia, con esa mezcla de orgullo y melancolía que sólo da el tiempo.

Aquí todo tiene alma. Las parras que se enroscan en los muros no sólo dan sombra: murmuran historias. Los canales, que aún susurran agua de manantial, parecen rezar. Y las piedras de La Olleria guardan el eco de los antiguos, como si quisieran seguir hablando aunque nadie escuche.

He vivido más vendimias que carnavales, y puedo decir sin jactancia que el vino no se bebe: se recuerda. Se huele, se pisa, se espera. Cuando era mozuelo, mi abuelo me llevaba a la “paña”. Me enseñó a mirar las uvas como se mira a una mujer: con respeto, con alegría, con reverencia. Me enseñó a chancarlas con los pies descalzos, a sentir cómo la miel picaba la piel, y a esperar el jugo como quien aguarda una carta escrita a mano. Hoy los mozos usan máquinas, pero el alma del vino sigue siendo la misma: tiempo, tierra y ternura.

Y cuando llega la vendimia, el pueblo se engalana. Las calles se visten de guirnaldas, los balcones de risas, y el aire de música. Las pallas, con sus sayas bordadas y sus tocados de flor y memoria, danzan como si el suelo les cantara. No bailan por espectáculo: bailan por legado. Cada giro, cada zapateo, es un rezo antiguo, una ofrenda al maíz, al sol, al vino. Yo las he visto danzar al pie de la iglesia, bajo la mirada de los abuelos, y juro que el tiempo se detenía para mirar.

Y luego viene el picante. No el de ají solamente, sino el de la olla honda, del fogón encendido desde la madrugada. El picante florino no se cocina: se hereda. Lleva papa, lleva maní, lleva carne que se deshace como recuerdo. Pero sobre todo, lleva historia. Cada cucharón es una página, cada bocado una estampa. En mi niñez, el picante se servía en platos de loza con flores desvaídas, y se comía en silencio, como quien honra un rito.

Mi pueblito no es grande, pero tiene el corazón ancho. Aquí todos se saludan, aunque no se conozcan. Aquí el pan se comparte, el vino se ofrece, y las fiestas se celebran como si el mundo entero viviera en nuestras calles. En Semana Santa, la plaza se llena de cirios y murmullos. En la vendimia, de música y risas. Y en los días quietos, de silencio y cielo.

Azpitia, nuestro anexo, es el balcón del cielo. No exagero. Desde allá se ve el valle como si Dios lo hubiera pintado con acuarela y buen pulso. Cuando era joven, subía caminando con mi enamorada, y nos sentábamos a mirar el río Mala como si fuera un espejo del porvenir. Hoy voy solo, pero el paisaje me sigue hablando. Y yo le respondo, aunque a veces me gana el silencio.

Muchos ignoran que el agua que bebemos viene de un manantial. No de una planta, no de una cisterna. De la entraña misma de la tierra. En otros lares la embotellan. Aquí, la tierra nos la regala por el grifo. Y eso, créame, es un privilegio que no se compra ni se presume.

Santa Cruz de Flores fue distrito desde 1922, pero fue pueblo mucho antes. Fue comunidad, fue familia, fue historia. Y aunque ahora algunos lo llaman “Nuevo Destino Turístico”, para mí siempre ha sido lo mismo: mi raíz, mi refugio, mi rincón del mundo.

No sé si viviré otra vendimia. Pero sí sé que cuando me vaya, quiero que me entierren aquí, donde el vino canta, las pallas danzan y el picante huele a infancia. Porque mi pueblito no es sólo donde nací. Es donde aprendí a amar. Y eso, señora, no se olvida.

Anónimo, Santa Cruz de Flores, agosto de 2025