¿Qué podríamos decir de Santa Cruz de Flores que no se haya susurrado ya entre los viñedos, los cerros y las memorias del valle? Se le llama con justicia la Capital del Vino, y también se le celebra como el Nuevo Destino Turístico. Pero reducirla a un título sería como mirar el cielo y solo contar las estrellas visibles. Porque Santa Cruz de Flores es mucho más: es sabor, es silencio, es raíz.
Ubicado en la provincia de Cañete, a solo una hora al sur de Lima, este distrito fue elevado a tal categoría el 21 de diciembre de 1922 por la Ley N.º 4611, tras haber sido por años un anexo del distrito de Mala. Su nombre honra a la Santísima Cruz, patrona del pueblo, y a las flores que los frailes franciscanos vieron brotar en sus fértiles tierras. Hoy, con una extensión de 100.06 km², Santa Cruz de Flores se compone de 16 centros poblados, entre ellos Azpitia, Bellavista, San José y Nuevo San Andrés.2
Quien llega aquí en Semana Santa, o en cualquier estación del alma, descubre que la paz no es un concepto, sino una experiencia. El aire es limpio, el cielo generoso, y el agua que se bebe proviene de un manantial que parece brotar directamente del corazón de la tierra. La gastronomía local es un festín de sabores auténticos: desde platos criollos hasta fusiones que celebran la diversidad de sus frutos y tradiciones.
Pero hay más. Mucho más.
Aquí se encuentran los Restos Incaicos de La Olleria, vestigios de un pasado que aún murmura entre las piedras. Quien los visita no solo camina entre ruinas: camina entre ecos. Y si desea elevar la mirada, basta con ascender a los miradores de Azpitia, ese balcón natural desde donde se contempla el majestuoso valle de Mala, como si el mundo se desplegara en un lienzo de verdes y ocres.3
Azpitia, además, es un festín para el paladar. Sus restaurantes ofrecen desde parrillas campestres hasta cocina de autor, todo enmarcado por paisajes que invitan a quedarse más allá del almuerzo.
Y si el viajero tiene la fortuna de llegar en días de fiesta, verá cómo este distrito se transforma en un abrazo colectivo. Música, danzas, procesiones, vino y alegría: Santa Cruz de Flores no solo recibe, celebra.
Así que no lo dude. Aliste las maletas, prepare el alma. Porque Santa Cruz de Flores ya lo está esperando. No como un destino más, sino como un lugar donde el tiempo se detiene, el vino se convierte en poesía, y cada rincón cuenta una historia que merece ser vivida.
Datos:
https://www.gob.pe/institucion/munisantacruzdeflores/institucional
https://www.deperu.com/infoperu/lima/canete/santa-cruz-de-flores/
https://es.wikipedia.org/wiki/Distrito_de_Santa_Cruz_de_Flores









